Los drones y su tecnología se pueden aplicar en innumerables campos y, sin duda, la seguridad y la vigilancia es uno de ellos. Sus aplicaciones acaparan un amplio campo de posibilidades y la tecnología tiene el potencial de revolucionar el sector de la seguridad profesional.
Las cámaras de los aviones no tripulados se pueden utilizar para evaluar y monitorear situaciones de emergencia y proporcionar información sobre entradas y salidas de mercancías o personas. Lo que solía ser considerado como tecnología del futuro ya es parte del presente. Tanto en los Juegos Olímpicos de Sochi, como el la Copa del Mundo de 2014, en Brasil, se han usado drones para asegurar los eventos, proporcionando 24 horas de vigilancia aérea en zonas de alto tráfico.
Los drones son una herramienta muy valiosa para rastrear entre la multitud e informar cobre cualquier señal de disturbio al personal de seguridad. Mientras graban eventos desde arriba, recogen grandes cantidades de información ayudando a detallar las ubicaciones seguras mucho más rápido de lo que lo hacen las cámaras normales en el suelo.
El control de personas y multitudes sin poner en peligro a ninguna persona es la gran ventaja que tiene el uso de drones para la vigilancia y la seguridad. Su gran movilidad y agilidad es otro de los factores que los hacen imprescindibles para el sector de la seguridad. Las cámaras de vigilancia normales están limitadas por su diseño.
Si un intruso sale del campo de visión de una cámara, esta se vuelve esencialmente inútil. Esto no sucede con los drones. Su modo de empleo y tecnología hacen que sea capaz de rastrear sujetos en movimiento. Pueden ‘patrullar’ áreas de alto riesgo las 24 horas de día, actuando como un elemento disuasorio contra las invasiones, e incluso, como reconocimiento de los individuos a través de su tecnología de escaneo.